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Te quiero, Cuba.

A un año del viaje que hicimos a la isla por los cincuenta de la revolución -ahora cincuenta y uno-, compartimos una pequeña historia acontecida allá, un par de días antes de los festejos por el medio siglo de liberación.

El relato cuelga del sitio La maquiladora.

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Solos y de noche

En sus primeros años Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota tenían una tradición: hacían un recital el 28 de diciembre, el día de los inocentes. Solos y de noche, como decía siempre el Indio. Para varios ricoteros es el día redondo. Hoy es el día de la patria ricotera. Es el 25 de mayo. Pasé la adolescencia escuchando los Redondos, me hice hombre escuchando los Redondos y conocí varios lugares de la Argentina (y a una gran porción de su juventud) por los Redondos. Esta casi todo escrito sobre ellos. En una época creo que leí todo lo que estaba publicado. Estuve en sus recitales desde que pude ir a recitales, desde el año 90 en adelante. Desde Bulacio hasta el ajusticiado en River. Fuimos a Córdoba a ver su último recital sin saber que era el último.

Pero no hay tiempo para todos los recuerdos y para transcribir todas las emociones. Basta con afirmar, solo y de noche, que otras hubieran sido nuestras vidas sin ellos. Hay una marca ricotera, no la extrema ni la esteriotipada, hay una marca que marca nuestro futuro, nuestros proyectos, las glorias y los fracasos.

Alcanza, entonces, con dejar en claro que el fenómeno más impresionante de esta banda fue el fenómeno social, sin lugar a dudas. No convocaba ni Pepsi ni Quilmes, ni las radios, ni las teles, fue antes de los blogs, y antes del uso masivo de la web 2.0, y la gente se reunía en sus recitales en masa, casi sin convocatoria. Ni siquiera con ingenio, sólo por amor, sólo por pasión. Solos y de noche. Solos porque nunca tocaron con otra banda. Pero jamás estuvieron solos. Éramos una banda. Y la noche se llenaba de alcohol, de mucho alcohol. Y de otras cosas. Era una liberación. Llegábamos a los pueblos y los liberábamos.

Un mes antes salía el aviso en el SI (después en el NO también) y nosotros cortábamos ese aviso, ese Rocambole, y lo estudiábamos a fondo, como si de arte supiéramos. Y luego las remeras. Y después las banderas. Y el encuentro. La comunión. Los Redondos fueron la excusa para que la gente, la juventud, se juntara, se agolpara y se expresara. Muchas veces en forma violenta, y muchas otras en forma pacífica. Como es la Argentina, como es la vida. Como es el mundo: redondo y de ricota.

En algún blog deben estar seleccionadas las mejores frases de las canciones. Seguro. Hay cientos que deben quedar en la historia de la música pero también de la literatura. El Indio supo convocar a multitudes, volverse popular, con poesía, pura poesía, poca narración, poco relato, casi todo poesía. Y eso lo hizo el más grande artista popular. No eligió el camino más fácil (tampoco sabía como se hacía). Los Redondos, con la cabeza del Indio, supieron retratar e interpretar una época y, mejor aun, dejaban todo listo en cada disco y en cada recital para que parte del pueblo también escriba su historia.

Calculo que esto debe entrar en la definición de Cultura.

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Las fiestas

Es más interesante el año nuevo que la navidad. Se me ocurre, sin argumentos, que el año nuevo es un festejo más popular, más colectivo, más unificador. Pero no importa eso ahora. Ahora lo que viene son las dos cosas juntas, navidad y año nuevo, felicidades, felices fiestas. Es el momento natural de expresar cariño, es el momento necesario para cerrar ciclos. Siempre me impresionó la capacidad de la sociedad de ordenarse por el calendario. Lo que no hiciste en diciembre no lo haces hasta marzo, el dos de enero terminó todo y empieza de nuevo. Ficciones. Puras ficciones. Todo sigue, amigas y amigos. Quizás descansemos unos días en la playa o en algún lado. Pero tu cerebro no va a cambiar porque se termine el año, tu corazón tampoco. El aprendizaje, el razonamiento y los sentimientos no tienen calendarios, sólo experiencias.

Pero, como dije, es ahora el momento de expresar cariño porque así lo impuso la cultura, porque así lo impone la calle, el capitalismo excitado de la avenida Cabildo, las cajas navideñas de las empresas del centro. El calor (si hay algo que me gusta de las fiestas en Argentina es el calor).

Bueno, calor, entonces, eso les deseo, mucho calor para emprender el nuevo año, motores calientes, amigas y amigos, para seguir luchando por nuestras convicciones, calor humano para hacer política, calor corporal: abrazos, mimos, cariños; calor cerebral: pensar, imaginar, relatar, dibujar, cantar. Calor total para seguir haciendo fiestas y festejar lo que haya que festejar. Calor adecuado para estar unidos y no dominados. Calor como el de esta noche, que escribo este saludo.

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La política pudo con Posse

Vamos con dos cortos:

Uno de la organización social X los invisbles, que trabaja en el corazón de la Villa 31 Bis de la Ciudad de Buenos Aires.
Y el otro del Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires y su informe sobre la gestión de Mauricio Macri.

La política pudo con Posse porque se están disputando dos claros modelos de país. Y victorias como éstas marcan el rumbo.

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Voces contra el silencio

(*) Por Graciela Daleo, testigo de la mega causa Ex Esma.

Por fin, empezó. Tardó décadas. Hubo inicios postergados. Pero llegó el 11 de diciembre, y 16 de los genocidas que tuvieron su base de operaciones en la ESMA entran a la sala del tribunal. Con aire soberbio y desafiante, saludando como invitados a un almuerzo televisivo, o bailando por algún premio, sonreían a sus fans que les tiraban besos desde la bandeja alta. De a ratos el ex canciller de la dictadura y asiduo visitante del campo de concentración se levantaba de la silla de ruedas, asistido por un Astiz, solícito y reverente ante el antiguo jefe. Siete horas de lectura de cientos de páginas que detallan sus crímenes. Quedan muchas más; el tribunal decide un receso hasta el miércoles y se van retirando.

“Treinta mil compañeros detenidos-desaparecidos. Presente”, afirmamos nosotros.

Algunos reos se vuelven hacia el público. Uno de ellos no tiene la cofia que luce la enfermera del cartel que en los hospitales pide silencio. Pero los mismos ojos feroces del que ejercía de Rata, Trueno, Martín, los de Antonio Pernías, nos miran del otro lado del blindex y con el dedo sobre los labios ordena silencio. Él, que a punta de picana se afanaba sin límites procurando que los atados al catre metálico de “la 13” en el sótano de la Esma dijeran algo, ayer, en subsuelo de Comodoro Py pretende callarnos. En la puerta de “la 13”, en sus años de amo de la muerte y la vida, colgaba un cartel: “El silencio es salud”, decía. Paradoja, ¿verdad? Tal “consejo” ahí donde todo enfilaba a arrancar palabras entre gritos de dolor.

A un paso de ser condenado a perpetua, en septiembre de 2006, el genocida Etchecolatz alzó su rosario y besó un crucifijo. Desde entonces, el sobreviviente testigo Jorge Julio López está desaparecido, sin que el gobierno nacional y el gobierno de la provincia de Buenos Aires –sus tres poderes- hayan identificado y juzgado a quienes lo desaparecieron. Pero no logró abortar los juicios ni paralizar a los miles que los impulsan y llevan adelante en todo el país.

Astiz apuntó con “Volver a matar”. Pernías ordenó silencio. Una coreografía con dos actores, un mismo mensaje: “Volveremos a hacerlo, no lo olviden. Volveremos a matar”, anuncia Astiz blandiendo la bibliografía que ilustra a Abel Posse, el nuevo ministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires y al multicondenado genocida Luciano Menéndez. “Cállense. Nunca renunciamos al poder de matar. Nosotros tenemos armas más poderosas; ustedes apenas palabras”, transmite el dedo de Pernías que le cruza los labios. El 10 de diciembre de 2007 lo ratificaron, esa vez conttra un camarada de crímenes: Héctor Febres, envenenado con cianuro en su cárcel cinco estrellas regenteado por sus pares de la Prefectura.

Dos abogados de los querellantes –en términos despojados de pomposidad judicial, y por eso contundentes para definir a los provocadores- procuraron lo que ni los funcionarios del tribunal ni los miembros del Servicio Penitenciario Federal hicieron: impedir que los reos siguieran amenazando. Del otro lado del blindex, nosotros –poniéndonos “la camiseta del juicio y castigo”-, les volvimos a recordar: “Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”.
En tantas décadas, nunca abandonamos el compromiso con nuestros luchadores desaparecidos, con nuestro pueblo hoy, con nuestro pueblo del futuro: enfrentar sin descanso a la impunidad, exigir justicia.

Los poderes del Estado deben cumplir su misión: garantizar la vigencia de todos los derechos humanos para todos. Entre ellos, proteger a todos los habitantes de este suelo de la amenaza que constituyen los genocidas impunes. Incluso de aquellos que aun entre rejas, siguen actuando como un grupo de tareas.

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La Posse de Marchi: new populismo

No nos hagamos más los estúpidos en nombre de la corrección política: la culpa la tiene el público. Y en realidad, una porción, que no es tan ínfima como nos quieren hacer creer. Si no hay gente haciendo kilombo, estas cosas no pasan. No quisiera traer a colación el caso Bulacio, pero la conexión que me surge es: Redonditos de Ricota - Callejeros - Viejas Locas - Pastillas del Abuelo. Cuatro shows diferentes de bandas que arrastran un público similar. Cuatro lugares distintos (Obras, Cromañón, Vélez, Ferro). Cuatro organizaciones diferentes. ¿Cuál es la única constante? El público.
(Sergio Marchi en su My Space, hablando después de las muertes de Rubén Carballo, quién apareciese muerto al otro día en las adyacencias de Velez, y Melisa La Torre, la chica de veinte años que murió en el recital de Las pastillas del abuelo, asfixiada por una abalancha en la baranda de contención) .

Recuerden ahora mismo la editorial de La Nación de Posse o cualquier declaración suya en los medios estos días.

¿No les suena parecido?

Posse tiene un problema de base: Niega los últimos 50 años de la historia de la humanidad.

Marchi es el establishment del periodismo de rock. Biógrafo de Charly García, pasó por todos los medios que cualquier periodista “del palo” quisiera pasar.

A Posse lo conocía muy poco, la verdad, a Marchi un poco más. Marchi con esas declaraciones (lean toda su entrada porque es imperdible: parece Magdalena enojada) y Posse con su editorial entraron en el inodoro de mi vida. Las declaraciones de los dos son absolutamente graves pero además creen que son de intelectuales y tienen el mismo fin y el mismo tono que cualquier doña Rosa.

En Viejas Locas nadie hizo quilombo pero la Policía Federal mató a uno y golpeó a mil. Y si así hubiera sido, si hubiera habido algún quilombo, reducir todo el problema de la violencia en el rock al público es igual que Posse cuando dice que el problema de la inseguridad son los garantistas.

Lo curioso es que el nivel de análisis de los dos, un ministro de educación y un “destacado periodista de rock” (ver Wikipedia), son similares a los de un niño de tercer grado: hay buenos y malos. Buenos los que son ordenados y malos los otros, los que se emborrachan, se drogan o hacen piquetes.

No hay complejidad, no hay intereses, ni relaciones sociales, ni disputas de poder, ni historia. Solo hay gente que se porta bien y gente que se porta mal. Es un discurso tan mediocre como individualista. "Si yo me porto bien cuando voy a un recital, ¿por que me tengo que comer que estos negros de mierda hagan quilombo? Esto debe pensar el bueno de Marchi, lo mismo que Posse: "Si hay docentes que no reclaman por sus derechos y van a trabajar porque tienen vocacion, ¿por qué tengo que bancarme a estos gremialistas que no piensan en los chicos?

Es simplificar lo complejo. Es Tinelli, Legrand, Susana, en la voz de “los especialistas”. Y lo tremendo es que si no abrimos los ojos esto es el país que se viene, amigos y amigas, y eso es el horror, eso debe ser nuestra preocupación y es nuestra tristeza.

Lo sencillo, lo simple, es un valor supremo en la comunicacion. No problematizar ayuda a penetrar, a contagiar. Es el camino más fácil y más certero.

Y lo tremendo es que, por eso, estos discursos son populares y generen identidad.

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Buena oración para graficar los tiempos que corren


"Si la verguenza subiera hasta el cielo no existiría un día de sol".

El pasaje forma parte de la chacarera Tumoral, del último disco de Arbolito: Despertándonos.
Acá, el enlace al disco.

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PROvocación y retroceso


Desde el Observatorio de Derechos Humanos de la CABA difundimos una gacetilla de prensa rechazando la designación de un ex embajador de la dictadura que ahora pide a gritos represión social, declara que el gatillo fácil lo tienen los delincuentes y acusa al gobierno nacional imponer una visión trotskoleninista y de demoler las instituciones militares y a la policía, al frente, nada menos, del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad.

Macri no tiene verguenza, ya lo sabemos, y representa, a nivel proyecto político, la más absoluta contracara de nuestros valores y convicciones.

Vamos con la declaración.

La designación de Abel Posee es una provocación a la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires y a los derechos humanos.

Las editorial que Posse firmó en una columna de opinión del diario La Nación el jueves 10 de diciembre del 2009 (día internacional de los derechos humanos), más los antecedentes que figuran en su trayectoria, desnudan una línea de pensamiento enfrentada al más básico respeto de los derechos humanos y a la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires.

Un hombre que desconoce las garantías constitucionales que tienen todos y cada uno de los ciudadanos que habitan, en este caso, la ciudad de Buenos Aires, no puede, ni debe, bajo ningún aspecto, asumir como ministro de educación ni ninguna otra área de gobierno donde se tomen decisiones de interés público. Es un contrasentido escandaloso y repudiable.

Es una provocación a la joven historia democrática de nuestro país que, justamente, en la fecha elegida para conmemorar el día internacional de los derechos humanos, un hombre que está a horas de convertirse en funcionario público, entre otras preocupantes declaraciones, deje en claro que no le interesa interpretar la constitución en su integridad negando los tratados internacionales de derechos humanos.

Posse editorializa sobre el tema de la inseguridad en la Argentina y desconoce que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) no mide la criminalidad sino otros aspectos de la vida de los argentinos. Afirma que la democracia implica un riguroso orden pero no explica qué es el orden para él aunque lo deja entrever: represión como única medida de seguridad ciudadana. Para nosotros la democracia es la expresión de todas las voces y la regulación de los intereses contrapuestos a través de las reglas constitucionales. Justifica el abuso policial y llama delincuentes a quienes ejercen el derecho de petición y a los pobres. Utiliza términos como represión y gatillo fácil conciente de la valoración que tienen en nuestro país esos términos. Las palabras tienen un valor y su utilización en su editorial son, al menos, una provocación. Con todo, realiza una mezcla inconsistente de moral y derecho que si se siguiera su argumentación, en una interpretación lógica, se estaría justificando matar a todos los alteradores del orden sin juicio previo. A la vez, diferencia entre seres humanos y seres humanísimos como si unos tuvieran más derechos que otros, desconociendo enormes principios constitucionales, en particular el artículo 11 de la Constitución de la Ciudad (derecho a la igualdad). Declara que las fuerzas armadas pueden involucrarse en la seguridad interior cuando hace mucho tiempo que está prohibido por la ley. Señala que se demolieron las Fuerzas Armadas cuando en realidad dicha institución simplemente se está democratizando.

El señor Posse habla del respeto ciudadano. ¿Qué es el respeto ciudadano? Para nosotros es respetar y velar por los derechos de todos, y entre esos derechos figuran los derechos de los niños, derechos que deben ser protegidos por el Estado. Y cuando esos niños cometen delitos es el Estado de Derecho el que debe actuar. Posse desconoce las instituciones y su relato está basado en repercusiones mediáticas de la inseguridad y no en datos científicos. Criminaliza la niñez y la juventud desconociendo y maltratando a las ciencias sociales. Siendo un posible Ministro de Educación debería fundamentar sus dichos en antecedentes comprobables.

Desde el Observatorio de Derechos Humanos entendemos que la seguridad e integridad física es un derecho fundamental, que el Estado debe resguardar, pero también sabemos que la represión injustificada y el descontrol policial, además de violar garantías constitucionales, no disminuye los índices del delito sino que los aumenta. No se pude solucionar en el problema de la delincuencia cometiendo delitos. Sabemos también que el problema de la inseguridad no se discute con estadísticas sino asumiendo el problema y su complejidad y arbitrando políticas públicas integrales y no únicamente policiales.

La Ley de Seguridad 2894 de la Ciudad de Buenos Aires tiene una serie de principios y reglas que se contraponen diametralmente con los dichos de Posse respecto a la seguridad.

El Estado debe prevenir y evitar que se cometan delitos y el doctor Posse se manifiesta en contra de la prevención proponiendo únicamente la represión. Un hombre que estará a cargo de la política educativa de una ciudad no puede desconocer el valor de sociabilidad que tiene la prevención. ¿Qué programa curricular va a proponer para las escuelas porteñas? ¿Una nueva doctrina de la seguridad nacional, para que se implemente directamente desde la primaria?

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Informe sobre la situación de los Derechos Humanos en la Ciudad de Buenos Aires

El Observatorio de Derechos Humanos de la CABA, una ONG conformada por abogados que trabajan en la función pública y también en el sector privado, presentó un informe sobre la gestión del macrismo a 2 años de su asunción al frente del ejecutivo porteño.

Enlace al Informe

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Veneno y mierda


todos los días me paro frente al kiosco de diarios del hall central de Retiro a perturbarme con la tapa del clarín;
sé con qué me voy a encontrar y cuales serán las sensaciones que me van a sacudir
el odio que voy a masticar
lo insignificante que me voy a sentir para contrarestar un ataque que sigue colando en la cabeza de miles de personas
todos los santos días y a toda hora:
una maquinaria que golpea con la fuerza
de las fuerzas armadas de una potencia mundial,
estratégica, fría, y alevosamente.

Pero hacía ahí me dirijo, con mi libro de turno bajo el brazo,
y me vuelvo a quemar con fuego
como un nene con capacidades diferentes
o un perro enfermo.

el veneno brota desde algún punto no específico del cerebro -claro-,
baja hasta la garganta y allí se estanca unos segundos
taponada
hecha un nudo
restando circulación de oxígeno
acelerando las pulsaciones del corazón;
el vómito sigue su curso como si fuese lava ardiente hasta la boca del estomago
donde también se clava por un instante
para que unas larvas del color del pus erosionen las paredes
y arrasen con todo lo que encuentran a su alrededor;
finalmente, el veneno tensa los cuadriceps y las pantorrillas,
y vuelve a subir.

con el dueño del kiosco -un hombre de buena madera, perfil bajo, y mucha calle-
percibimos los mismos aullidos de dolor
y sed de venganza
del gran diario argentino que historicamente le aportó su principal ingreso;
con ese hombre de pelo blanco
durante esos efímeros e imprescindibles minutos del comienzo
de un día cualquiera de la semana
entre los miles de compatriotas que pasan a nuestro costado presurosos como si fuese la última mañana de sus vidas,
aflojo el desgarro y escupo el veneno
hacia el aire
limpio y luminoso
del la mañana del hall de retiro.

él, el diariero de pelo blanco
y ojos despiertos
me dice que las ventas bajaron
que la gente no come vidrio;

pero yo sigo viendo el clarin en el mostrador de la ferretería o la mesa del bar,
y no me la banco
y le digo al dueño que ya está
que no es lo que era
que cómo puede ser que se ensañen tanto con un gobierno
el más popular de los últimos cincuenta años
si no le llama la atención
si le parece bien
si le parece mal
si le parece algo distinto a lo que dice la tele,
y me mira
con sorpresa
desconcertado
incómodo
y a este pibe qué le pasa.

me pasa eso, jefe,
que los tiempos cambiaron
que por lo menos la veamos;
no cuelgues en el comedor de tu casa
el cuadro de ellos abrazados debajo de una cortina de papelitos con una multitud de fondo
-un fresco que ya hizo historia-,
no, si no queres, no,
pero abramos los ojos
y asumamos
que los tipos que escriben esas tapas
son puro veneno
y mierda
que defienden intereses
que no son los tuyos
ni los mios
y mucho menos
los de los humildes.

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Manu y Santino Dios

Manu y Santino Dios