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Somos espacio otra vez


Volvimos a meter un número de Kranear en la imprenta. La última vez había sido en octubre de 2014. Casi medio año nos llevó elaborar el nuevo trabajo. Podríamos ser más efectivos en cuanto a los tiempos. Sí. Es posible achicar los plazos. Obvio. Pero es lo que por ahora tenemos. Lo que somos. Seguimos soñando con ruidosa redacción en la que redactores, fotógrafos, diseñadores y editores produzcan información y sentido entre mates y humo de cigarrillos. Como los pibes de la revista THC, por ejemplo. Pero cuesta, claro. Cientos de publicaciones han dejado su huella editorial y estética en la historia política de nuestro país. En especial, durante los fervorosos años setenta. Y ahí nos inscribimos nosotros, a pesar de las dificultades. Pero con el ancla clavada en las profundidades de un presente precioso, transformador.

Por eso en el nuevo número publicamos la palabra de los compañeros de militancia de casi toda una vida -desde los 90 para acá, por lo menos- que ahora tienen gigantescas responsabilidades de gestión en distintos ámbitos del Estado emancipador.


Norberto Berner, por ejemplo, un compañero con el que compartíamos escraches a los genocidas durante la larga noche neoliberal, y que ahora se sienta en una enorme mesa de reuniones con los gerentes de las corporaciones de la telefonía móvil para negociar, en nombre de los argentinos, las condiciones de la licitación para comercializar la tecnología 4G en nuestro país. O que estuvo a cargo, junto a su equipo de trabajo de la secretaría de Comunicaciones, de poner en el espacio el primer satélite geoestacionario argentino.

Otro es Emiliano Gareca, un salteño y abogado de mil sonrisas y batallas que siempre puso a jugar su conocimiento jurídico a favor de los que menos posibilidades tuvieron a lo largo de su vida, a favor de la política, del proyecto nacional que gobierna el país. Que siempre se enchastró en el barro de los barrios, y que ahora lo sigue haciendo, pero con el cargo de subsecretario de políticas culturales del flamante ministerio que dirige Teresa Parodi. Es justamente desde aquella cartera, y otros espacios políticos y sociales, que se está cocinando la sanción de la Ley Federal de las Culturas.

Otra de las protagonistas es Vanesa Siley, una compañera que conduce una experiencia sindical novedosa, luminosa, que nos permite pensar en el recambio generacional que creemos que hace falta meter en el ámbito gremial. Y casi cortados por el mismo filo, también hablan los compañeros gráficos del taller Campichuelo, en Caballito, que sobrevivieron a una privatización menemista, se organizaron como cooperativa, y hoy son la imprenta del pueblo.

También contamos con la valiosa y preciosa palabra del director del Centro Cultural de la Memoria, Eduardo Jozami, una crónica en carne viva del compañero Franco Lucatini que viajó a Cuba, y las fotos de un reportero gráfico que admiramos mucho: Patricio Haar.

Con todos ellos vamos a presentar el número en el bar del PJ de la Ciudad de Buenos Aires, el jueves 18 de junio.

1 comentario:

Vir dijo...

Que derroche de talentos en todas las áreas de la cultura.Defendamos con uñas y dientes este proyecto que fue el que permitió que florecieran tantos y tantos espacios como ira ear.

Manu y Santino Dios

Manu y Santino Dios